Cada mañana el alma abraza su vida de carne y hueso. Es tan bonito… todos los amaneceres se nos da la oportunidad de vivir desde este nivel de Ser. Te despiertas y antes incluso de abrir los ojos, respiras, te sientes como partícula de Luz y te predispones a vivir un nuevo día en plenitud, abrazando todas sus aventuras, retos y regalos. En yoga y ayurveda consideramos esto como una de las premisas para el buen vivir y por ello se trata de un sistema de sanación basado en la Consciencia.

Nos acordemos o no, nos demos cuenta o no, todos hemos elegido venir aquí y estar encarnados en este preciso momento. Es algo que hemos deseado y que, desafortunadamente, negamos. Muchas veces al día nos gustaría estar en otro lugar distinto, lejano, con bastante frecuencia con personas diferentes y haciendo algo que no tiene nada que ver con lo que tenemos entre manos. Es un poco de locos ¿no crees? Si desde la perspectiva del alma elegimos estar donde estamos ¿por qué no empezamos a amarlo y por consiguiente a amarnos también a nosotros mismos en lugar de rechazarlo todo?

Quizá no tengamos ningún problema con nuestra encarnación actual y nos encante estar en este pequeño cuerpo-mente de materia. En ese caso, la pregunta a hacerse estaría relacionada con cómo puedo servir mejor a esta oportunidad evolutiva y la respuesta es sencilla: lo más importante que podemos hacer es ser uno/a mismo/a, pero de verdad, desde el alma. Es increíble lo que sucede cuando realmente nos permitimos ser: ¡el cuerpo-mente responde! Y lo hace reparándose a sí mismo, eligiendo mejor y con mayor sabiduría el estilo de vida adecuado, encontrando el equilibrio y desprendiendo el brillo propio de una salud radiante. Además, cuando vivimos desde el alma y abrazamos la encarnación con amor, el cuerpo-mente se siente querido, respetado y valorado como le corresponde.

El proceso transformador por el que estamos pasando ahora mismo me está ayudando a abrazar cada día un poquito más el lugar y las circunstancias en las que me encuentro. Yo también me pillo quejándome o luchando mental y verbalmente contra los dirigentes de nuestro planeta. Entonces respiro, conecto con Ser y recuerdo el mensaje que llevo recibiendo ya desde hace mucho tiempo: quienes vivimos ahora mismo estamos aquí para facilitar el tránsito hacia una nueva Tierra. Se nos necesita tal y como somos, se necesita nuestra práctica dedicada y la sabiduría que se está despertando en nuestras células como consecuencia. Amar lo que hay no sólo es más consciente, sino que también es inteligente y efectivo. Incluso estando en medio de una circunstancia adversa, es cuando la amamos que puede empezar a transformarse.

Así que cada amanecer abracemos la vida en la Tierra y en el cuerpo.   

aham prema

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