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XDurante este mes hemos contemplado la depuración del cuerpo y de la mente-corazón y me gustaría cerrarlo hablando sobre el alma, sobre la posibilidad de que también acumule carga tóxica y sobre cómo purificarla. Puede que te preguntes cómo es posible de que se cargue de sustancias impuras cuando se supone que es la esencia de nuestro ser, nuestra chispa divina.
El alma es eterna, pura, divina, cósmica. Sin embargo, durante sus infinitas encarnaciones ha ido viviendo experiencias muy diversas que, cuando se quedan sin completar correctamente o cuando no se hace un trabajo consciente de transformación al final de la vida, dejan un banco de memorias y programas que nos limitan en la vida actual. Son como una biblioteca de archivos a la que el alma recurre constantemente para desenvolverse en las circunstancias del mundo exterior. Hemos pasado tanto tiempo funcionando de esta manera, que se nos ha olvidado quiénes somos en realidad: Seres Conscientes disfrutando de una experiencia material en la Tierra.
El olvido es tan grande que funcionamos únicamente desde las memorias y los programas del pasado y en conjunto han suplantado al alma a la hora de dirigir la vida encarnada del presente. La buenísima noticia es que nos encontramos en un momento evolutivo en el que entra mucha energía de vibración alta tanto en el sistema planetario como a nivel individual. El cascarón que tanto nos condiciona ¡se ha resquebrajado! Estamos fusionándonos cada vez más a nuestro centro de Luz, Sabiduría y Amor, que es el paso determinante hacia la depuración más radical y absoluta.
¿Cómo identificamos esa toxicidad en el alma? Es simple, sólo hace falta observarnos a nosotros mismos en el día a día. Nuestro presente es el resultado de lo que hemos ido recogiendo en el pasado, tanto lo bueno como lo malo. La toxicidad de la que hablo hoy está compuesta por todo lo que llamamos pensamientos dañinos y emociones recurrentes, por los rasgos de nuestra personalidad que nos hacen reaccionar negativamente ante la vida, por el miedo, la ausencia de amor, el estrés, la enfermedad y el sufrimiento. El camino del yoga y muchos otros corrientes de espiritualidad consciente ofrecen la posibilidad de hacer gran detox álmico. Nos dan herramientas muy valiosas para liberarnos de una vez por todas y empezar a SER. Y esto es posible hoy, aquí, en este tiempo mágico de ahora.
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