Cuidar de nuestra mente es importantísimo. ¿Sabías que la mayor parte de la toxicidad en nuestra vida no se encuentra en el cuerpo sino en la mente? Pensamientos erróneos sobre el mundo, emociones dañinas, memorias del pasado o programas mentales obsoletos cuya depuración trae consigo un gran salto cuántico. Están tan arraigados que puede que la idea te parezca imposible y por eso el yoga y la meditación siempre acuden al rescate con sus hábitos purificantes.

No enciendas las pantallas hasta después de desayunar. ¿Por qué? pues porque con ello evitarás comenzar el día en un modo reactivo. La respuesta reactiva ante las circunstancias externas está basada en la anticipación de un problema: un peligro viene a mí y yo reacciono lo más rápido posible para protegerme. Desencadena todas las funciones químicas del sistema simpático y del estrés, con lo que pone a tu cuerpo-mente en una posición de vulnerabilidad tanto biológica como mental y espiritual. Sin embargo, cuando dedicas un tiempo por la mañana a estar en silencio contigo mismo/a, empiezas a responder relajadamente al input de las vías de comunicación virtual. Las cosas dejan de ser urgentes, permaneces en tu centro y mantienes la paz.

Medita a diario. ¿Por qué? para empezar a depurar la toxicidad mental es necesario que silenciemos toda la información que entra en nosotros desde el exterior a través de los sentidos. Cuando quieres limpiar algo a fondo, es necesario vaciarlo primero o, al menos, no llenarlo más. La meditación es la práctica más efectiva a la hora de hacer este proceso. Por un lado limpias, vacías, purificas, y por otro, reconectas con tu ser cósmico y con la vida de un modo más profundo.

Disfruta de la soledad y báñate en el silencio. ¿Por qué? el silencio nos permite observar mejor los pensamientos y emociones que rigen la mente. Cuando podemos ser testigos de lo que se mueve por el campo mental, podemos transformarlo y depurar en las capas más profundas. La observación consciente nos desliga del embrollo de programas y condicionamientos en el que la mayoría estamos atrapados. Entonces dejas de identificarte con ellos y una vez que ves que tú no eres eso, la transmutación cuántica sucede. Algo muy bonito surge cuando estás con otras personas en silencio: empiezas a sentir su esencia, quienes son más allá de la personalidad y eso enriquece muchísimo las relaciones humanas.

Tenemos mucho trabajo por delante, pero es emocionantísimo y todo lo que está sucediendo en los planes sutiles facilita, suaviza y hace que la transformación sea hasta agradable.

aham prema

Photo by Daniele Levis Pelusi on Unsplash

Compartir