Liberación de karma y dirección de conciencia

Todos los niveles

Hay una parte de mi trabajo de la que no suelo hablar, pero que es más potente que lo que hago como profesora: las sesiones de liberación de karma y dirección de conciencia. 

Son encuentros personalizados en los que entramos en los mundos sutiles. Es ahí donde podemos empezar a transformar lo que frena nuestra evolución y donde podemos cambiar el rumbo de las cosas. 

Karma es la suma del cúmulo de vivencias que has experimentado en tu pasado, tanto en esta vida como en anteriores, y de las huellas que han dejado en tu cuerpomente actual, que condicionan cómo vives, sientes y piensas ahora.

Todas esas vivencias se encuentran almacenadas en el registro más increíble que te puedas imaginar, el akáshico. Akasha significa espacio u éter en sánscrito y es el espacio virtual que lo envuelve todo y que la mayoría de personas no puede ver, aunque es precisamente donde se almacenan los recuerdos, conscientes o inconscientes de todo lo vivido.

Para sanar cualquier dolor, no es suficiente con hacer algo en el cuerpo físico o emocional-mental, es necesario comprender lo que sucede a nivel profundo, accediendo al campo no visible donde se encuentra toda información de quién eres como persona y como Ser porque ahí se encuentra la raíz de cualquier desequilibrio que estés sufriendo.


Imagínate poder empezar a dar los primeros pasos hacia:

entrar en los archivos de tu historia álmica, revisarlos y hacer limpieza ahí.

poder transformar los que te pesan y te limitan, liberarte de ellos.

poder caminar más ligera/o y feliz.

vivir con menos miedos, condicionamientos del pasado y sufrimiento.

recuperar la conciencia plena del Ser de Luz que eres y de lo que has venido a hacer.


 

Cuando haces una de estas sesiones, suceden dos cosas

La primera es que se entra en el registro akáshico de la persona y se contemplan los archivos que más están coartando en este momento, impidiéndote ser tú misma/o. Entonces comienza el proceso de revisión, transformación y liberación. En algunas ocasiones se revelan vidas pasadas concretas, experiencias de este planeta o incluso de otros planos de existencia, pero muchas otras veces no. Esto es probablemente lo menos importante, además, depende del tipo de comprensión que uno pueda y necesite tener. Lo que sí es relevante es que siempre se muestra el patrón o programa que está operando en el presente y es eso precisamente el foco del proceso transformador. Con el tiempo y mucho trabajo, se libera la propia energía luminosa, que vuelve a fluir con fuerza por el cuerpo sutil y físico.

La segunda, y la más sintonizada con los nuevos tiempos, es que es posible vislumbrar los siguientes pasos en el camino del alma encarnada. A mí es la parte que más me fascina, especialmente en los últimos años ya que se están activando caminos de Luz con códigos hermosísimos, llenos de color y de esperanza, de despertar genuino y cambios muy profundos y positivos en las vidas de quienes hacen este tipo de trabajo interior. 

La liberación de karma y dirección de conciencia es un proceso que permite dejar de vivir únicamente desde la pequeña entidad que uno es y que me gusta llamar el “ser personal”, ego en otras terminologías, para empezar a vivir desde el Ser de Luz Divina que somos en esencia. Las personas que avanzan mucho en este camino las llamamos personas despiertas o iluminadas. Ellos experimentan todo con gran comprensión, se han vuelto paz, serenidad, alegría, belleza, consciencia y celebración. En sus vidas se han disuelto los infiernos y lo que les rodea se revela como un paraíso de emociones, sensaciones y sentimientos. Las cosas van bien y mejoran cada día porque el cielo no tiene límites, pero nosotros tampoco. Parece inalcanzable, pero es posible, sólo hay que empezar a avanzar en la dirección adecuada.

Me gustaría enfatizar que éste es un trabajo tuyo enteramente. En las sesiones se liberan pesos y se abren caminos, pero si quieres que realmente funcione, cada persona debe tomar la responsabilidad y poner su granito de arena en el día a día viviendo de una manera que pueda sostenerse en estados de frecuencia elevada. En este sentido, hay muchas técnicas que puedes aplicar y parte de mi misión consiste en promover un estilo de vida y actitudes que favorezcan este despertar interior. 

 

¿Cómo es una sesión?

Cuando nos encontramos para compartir una de estas sesiones lo primero que hacemos es centrarnos y abrir la conciencia del campo de Luz en el que estamos inmersos. Hablamos un poco del tema que te preocupa o de lo que necesitas sanar y transformar, llevando más comprensión a lo que sucede externamente gracias a los mensajes recibidos desde planos más elevados.

Antes de bucear en las profundidades de los espacios sutiles, pedimos permiso a los guías y otros seres de Luz que nos acompañan y entonces te guío hacia un estado de relajación profunda en el que se puede sentir y ver más allá. En ese momento atravesamos el portal hacia lo sutil, empezamos el viaje a través de los registros personales y aquí ya no hay protocolos ni directrices. Tu propia energía nos puede llevar hacia esos archivos que necesitan ser transformados y liberados. Durante todo este tiempo, tú continúas en relajación y lo habitual es que tengas sensaciones placenteras, de suavidad y ternura.

Como todas las sesiones quedan grabadas, no tienes que preocuparte de acordarte o no de lo que sucede porque puedes (y debes) volver a escucharlas o visualizarlas más veces. Además, el tejido luminoso de tu cuerpomente siempre registra lo que necesita para seguir evolucionando. Llegado el momento, despacio te llevo de nuevo a la conciencia plena del plano físico y terrenal, abres los ojos y reconectas con tu vida exterior.

Después, se suele sentir paz, esperanza, comprensión profunda, sentido de tener una dirección a seguir o de que “hay luz al final del túnel” y antes de despedirnos, hacemos una breve síntesis de lo que se ha liberado y de las directrices a seguir para poder ir dando pasos hacia delante.

 

¿Cómo prepararte?

Es recomendable que te plantees el día sin prisas, dándote tiempo para respirar y estar lo más tranquila/o posible. Las sesiones duran 75 minutos, pero agenda una hora y media para que llegues en calma a la cita.

Asegúrate de silenciar los aparatos electrónicos y de pedir a tus seres queridos que durante la sesión no te molesten. Si hay un lugar en tu casa donde estés más cómoda/o, si tienes un espacio sagrado donde llevas a cabo tu práctica espiritual, hazlo desde allí.  El confort es imprescindible aquí: viste ropas holgadas que no te aprieten por ningún lado, recuéstate en una butaca o sofá y disfruta.

 

¿Cuántas necesitas?

Depende. Desde la primera ya te sientes de manera diferente, pero el número de sesiones depende de tu propia historia y del karma que hayas elegido liberar en esta vida. Otro factor que influye más de lo que se piensa es el estado en que se encuentre tu cuerpomente porque si está demasiado cargado y con los canales cerrados, conviene llevar a cabo un trabajo paralelo de desbloqueo y apertura en los cuerpos físico, sutil y energético, ya que si se liberan muchas cosas de golpe puede suceder que al físico le cueste bastante procesarlo y dejarlo partir. Además, también hay que tener en cuenta que este tipo de liberación sigue su propio ritmo y tempo, y éstos vienen marcados por la trayectoria personal de cada alma y por lo que ésta venga a liberar en la encarnación presente.

Sesión Individual de liberación de karma

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